Alguna vez Ángeles Berlanga me dijo en un recital de Cuentos "en el futuro, vamos a resignificar Eternidad".
15 años después, si. Se resignificó Eternidad.
Lo que en ese tiempo me parecía absurdo por popular, hoy me parece encantador y mágico por su añoranza.
Y no me es posible escuchar Eternidad, sin recordarla a ella, que era tan visionaria, tan rupturista, tan distinta.
Tantos años después, solo se me ocurre escribirle una carta y dejarla en la que antaño era su hogar. Esa carta dirá "gracias".
Somos la ausente Eternidad...
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