Si bien hace mucho que no escribo, me parece importante (esporádicamente) destacar y dejar registro de lo especial que es la música en mi vida. Los años pasan y voy aprendiendo cosas nuevas, pero siempre la música está ahí, latente y fuerte, brillando.
Esta semana fue una conjunción de emociones, positivas y negativas. Me siento bien, hermoso, amado, querido, con ganas de amar y a la vez triste, melancólico y taciturno.
Quiero destacar y hacer brillar lo positivo, pero para eso necesito seguir dandome tiempo a mi mismo. En el mientras tanto voy viviendo en la música esa pequeña luz que me hace sacar fuezas y positivismo para seguir adelante, con ganas y voluntad. No quiero apagarme, quiero vivir para amar y amar para vivir.
Me parece tan estúpido estar discutiendo banalidades en lugar de rescatar y vivir con intensidad cada momento que a veces me desbordo y me angustio demasiado, llegando a cometer muchos errores.
Mi forma más desinteresada y natural de vivir amando es la música. Sé que fuera de este ámbito no necesito nada más, porque me quiero, me respeto y me entiendo a mi mismo como un ser único, natural e individual que necesita brillar por su propia cuenta para poder dar brillo a los demás.
Siempre rescato de Cuentos Borgeanos estrófas que me hacen darme cuenta de mis momentos y ayer, justamente, dieron en la tecla con una hermosa canción, que si bien estaba apuntada a otro aspecto, todos necesitamos una pequeña luz que nos rescate y nos haga vivir en armonía, amando.
"Me perdí en la oscuridad que habita en lo profundo, me perdí en la tentación de sentir el final y ahora escribo mi canción, saltando en el vacío, dejo todo lo que fuí y lo que no será.
Porque tú, me salvás, pequeña luz, me salvás."
El amor es una emoción tan fuerte y tan intensa que de un momento a otro te puede tener viviendo en pleno éxtasis o hundirte al más profundo de los abismos. Hay que aprender a convivir con ambos aspectos de la vida, porque todos y cada uno de los seres humanos vivimos para eso a fin de cuentas. Si bien hay intereses de por medio, siempre debemos entender que la respuesta a todo es el amor, para bien o para mal. Pero si amamos de verdad, siempre vamos a salvar a alguien o a nosotros mismos.
Sigo en búsqueda. No me detengo. Sé que mientas tenga la música hermosa que tengo a mi alrededor nada me puede salir mal. Solo depende de mi, de mis ganas, de mis motivaciones, de mi voluntad para afrontar cada hecho e instante como único y transcendental.