Sé que es historia repetida, pero cada tanto recuerdo ese momento.
Ese momento en La Trastienda, cagado de calor, descompuesto, absolutamente agotado y agobiado, pero TAN FELIZ.
Es curiosa la mente, siempre regresa a sus mejores momentos; y no es que el presente no sea un buen (o el mejor) momento, pero siempre está esa sensación inexplicable que te lleva a un lugar guardado en la mente y en el corazón.
Quizá el comprender la finitud de la vida, y saber que cada día está más próximo, te lleve aún más a esos momentos?
Todo lo que amé, está viejo. Arrugado. Canoso. Incluso hasta degradado éticamente. Pero en mi mente sigue impoluto, bello, intangible e inalcanzable (por el verdugo del tiempo)
Soy un eterno soñador, me acepto así, porque sé que volver en mi mente a esos momentos especiales, me hacen fuerte hoy y me hacen seguir conservando cierta inocencia, a pesar de todo.
Con la edad que tengo, quizá se espere otra cosa socialmente, pero no es algo que me importe. Prefiero seguir en este camino. Sigo pensando que en el último instante de mi vida, quiero que el último pensamiento sea "fuí quien quise ser".